Diario de una filóloga arrepentida

sábado, octubre 28, 2006

Alemania está superfeliz, está superfeliz...

El miércoles, aún a riesgo de empeorar mi garganta, llevé a la práctica eso de "donde fueres, haz lo que vieres..." y decidí ir al baile de Halloween de la universidad. Mi compañero de piso pasó de disfrazarse y yo, fiel a mi tradición de dejarlo para última hora, acabé comprandome en una tienda de las de Todo a 2 Euros unas pinturas y una metralleta de plástico. Con eso, unos pantalones anchos verde oscuro y una camiseta gris, me apañé un disfraz de guerrillera. Al llegar al lugar del crimen, ví una vez más cómo se me distinguía claramente del estilo de la mujer irlandesa en el vestir. El disfraz de moda entre las jóvenes autóctonas era el de putialgo: putienfermera, putipolicía, putibombera, putidiablesa, putibruja, putiseñora de la limpieza, putiperiodista... Un cuadro, vamos.

Tras una primera pinta de sidra, nos fuimos a explorar en búsqueda de algún conocido. En el salón de actos de enfrente se proyectaba una película musical extraña, parte de cuya gracia consistía en que, a ambos lados de la pantalla, se proyectaban los diálogos con algunas palabras y/o frases puestas en negrita. Dichas palabras tenían que ser coreadas por el público. Alucinando pepinillos nos hallábamos cuando alguien nos da un toquecito en la espalda. Media vuelta y ahí está uno de los alemanes de nuestra clase de "habilidades para la negociación" (¿qué? está muy bien para mejorar el inglés improvisado y... Bueno, vale, es que tenía muy buen horario.) Nos pregunta, con una alegría inusitada, si sabemos a qué hora ponen la de La Matanza de Texas, que a él la vista no le da para leer los carteles desde tan lejos. "Ehmmm... No es el planning de la noche, es el guión, así que ni idea." Ya ésto en sí parecía bastante raro porque no es por meterme con el carácter alemán, lo que pasa es que son... eso, alemanes. Nuestros temores sobre el alto nivel etílico del amigo germano se confirmaron cuando, aún sin poder leer la letra, se lanzó a cantar con la multitud enfervorecida. "Uy... Mmm... nos vamos para el bar. Nos vemos en la fiesta, ¿eh?"

De vuelta al mundo de todas las putialgo, escuchamos "Boys and Girls" en la voz del cantante de un grupo que no se parecía, ni en cuerpo ni en alma, a Damon Albarn. Al poco rato, la actuación terminó (¿y para ésto he pagado yo 8 euros? vamos, no me jodas...) y volvió la música enlatada. Miro hacia un lado y le comunico a mi compañero mi último descubrimiento: "Mira a la izquierda. Alemania entera... está superfeliz, está superfeliz" (ésto último cantando, como seguidora diaria que era de La Jungla, cuando la presentaba Arús). Y ahí se hallaba el grupo de serios, formalitos y educadísimos alemanes que nos acompañan cada miércoles en nuestra dura tarea negociadora. Habían mutado en la alegría de la huerta, cantando, bailando... y saltando cual alegres conejillos por el bosque de Canterbury. Para úlcera de mi compañero, habían llevado consigo a el grupito de 3 francesas, una de las cuales le gusta. Diréis ahora: "¿úlcera por qué? Si le gusta, será bueno que la vea, al menos.". Nooo, mal. Para comprender la magnitud de la úlcera, analicemos a dos de los miembros carismáticos:

1. Brad Pitt. Por si ser alto, rubio de ojos azules y guapo fuese poco, mi propio compañero reconoció, tras hablar por primera vez con él, que "es encantador... ¡qué hijo de puta!"


2. Michael Ballack. Su mote tiene menos retintín y mala leche porque mi compañero no le encontraba un buen símil tras haber re-bautizado al otro como Brad Pitt, así que se lo tuve que poner yo. En fin, si el Brad Pitt germano mide 1.80, esté medirá mínimo 1.85, es moreno, de ojos azules y yo diría que hasta más guapo que el otro. Sí, es el de la anécdota de la película musical.




Volvamos ahora al "tema úlcera". Que nada más lejos de mi intención que echarle tierra a mi compañero, pero ya me dirás tú si las francesas, ante semejante panorama, van a ver más allá de sus narices. Si es normal, si yo las entiendo...

Así estábamos, pidiendo unas sidras en la barra mientras observabamos la incontrolable alegría alemana, cuando Michael Ballack viene también a pedir algo, nos ve y, a modo de saludo, me guiña un ojo de la que pasa. "Ya puedes recoger las bragas del suelo, que se notó que se te caían. Cómo odio a los guapos, es que todo en su vida es más fácil. Es que os miran y ya caéis todas desmayadas. Seguro que las francesas igual", criticó ferozmente mi compañero. Por suavizar el tema úlcera, le pregunto cual de las tres gabachas es la que le gusta. "La bajita del medio". "Ah. Pues sí que es mona". "Eso, eso. Es mona, joder. No es un bellezón, no es la más guapa del la facultad. ¿Por qué no pueden salir por ahí con una supermodelo que esté a su altura? ¿Por qué los guapos tienen que arrasar con todo y no dejarnos a los demás ni las migajas? Me cagoenBrad Pitt, ojalá se quede calvo pronto y... Buag, cómo les odio." Acto seguido, la francesa de mi compi estaba coreando una canción con Brad Pitt y Michael Ballack flanqueandola a ambos lados. Sí, parecía tonta cuando la sacamos del frasco, pero ahí estaba, con la mirada perdida, seguramente porque nunca se había visto en una situación tan expectacular y, eso sí, agarrada a los maromos a base de bien. Ante el temor de que la úlcera explotase definitivamente, comencé a soltar mis dudas razonables sobre la indumentaria halloweenera de Brad Pitt: "¿De qué va disfrazado? Mmm... Yo diría que de Backstreet Boy. Hombre, con esas ojeras que se ha puesto... De Backstreet Boy muerto, ¿no?"

Entonces comenzó a sonar la última canción de la noche, "Total eclipse of the heart", de Bonnie Tyler y, mientras se acerca al primer estribillo, Brad Pitt se da media vuelta y nos ve. Se acerca, emocionado (recordemos la alta dosis etílica), prácticamente se lanza sobre mi compañero (seamos conscientes de que no tiene ni puñetera idea del odio que almacena contra él, ni del mote que le ha puesto) y... se pone a cantar a pleno pulmón la canción, así, mirandole a la carita. Fue un broche ideal para la fiesta: el momento tierno y romántico de la noche. Mientras nos alejábamos del lugar de los hechos, dejamos a Brad Pitt y Ballack agarrados por los hombros, coreando eso de "one more song, one more song..." con muy poco éxito. Mi compañero desea entre dientes que sean gays, se casen y se conviertan en la pareja homosexual más guapa de Alemana y, probablemente, de Europa. Mientras, yo sigo urgando en la herida:
"Compi, compi... Probablemente te arrepientas toda la vida de lo que no has hecho hoy. Si Brad Pitt cantandote una canción romántica no te hace gay, nada lo hará. Mira que nunca vas a tener la oportunidad con un hombre más atractivo, ¿eh?" Bufa y rebufa ante mis tonterías, mientras concluyo: "Pero tú tranquilo. Lo de hoy fue muy bonito. Mira, si cuentas esto por ahí, serías la envidia de todas las chicas de la facultad. ¿No es genial?"

En el próximo capítulo: "Pollo: sé lo que hiciste el último Halloween". Una de terror, para la concurrencia

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Posted by la_filologa :: 7:36 p. m. :: 8 Comments:

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lunes, octubre 23, 2006

No tengo glamour y relaciones astur-madrileñas

Yo ya lo pronostiqué hace unos cuantos posts lo del fin del glamour con las bajas definitivas para la causa de la Peren Aleteadora y Cris. Está claro, como se demostró el sábado, que es un hueco que yo no estoy preparada para rellenar.

Me fui tan feliz al centro comercial (sí, el más cercano, al que hay que caminar 25 minutos para llegar) a comprar zumo y "el vestido". "El vestido", también conocido como mi disfraz de irlandesa, algo que me permita camuflarme integrarme definitivamente en el paisaje. El caso es que cuando estaba toda atareada a la vuelta, tengo la sensación de que me voy pisando los pantalones del chandal por detrás, así que tiro un poco de la cintura y... se me descosen. Pero no un poquitín, en plan disimulable. No, no, se descosen en plan RRRRRRRRRRAASSSSSSSSSS a la precisa altura que todos os estáis imaginando: el culo. Así que, con todo el dolor de mi alma, me bajé la cremallera de la sudadera, me la até a la cintura y realicé mi caminata de 25 minutos EN MANGA CORTA. Yo veía que los irlandeses me miraban como pensando: "Joder con ésta, menuda chicarrona del norte. Seguro que es de Finlandia como muy cerca...", mientras yo iba toda digna, pensando, eso sí: "Soy una desgraciada, soy una desgraciada... Voy a denunciar a Penney's"

El caso es que por la noche decidí salir sí o sí con el vestido de irlandesa para ir a la fiesta en casa de la ponferradina y la madrileña que conocimos el otro día. Ya la cosa empezó mal cuando nos costó Dios y ayuda encontrar un super 24 horas en el que comprar alcohol. Como bien estaréis informados si leeis el blog de Alba iamsogreat, por estas tierras cuando te invitan a una fiesta, tienes que llevar tú mismo el alcohol. El carácter anglosajón, lleno de paradojas. Al final, con un vino tinto que ponía en denominación de origen Spain y una Coca-Cola (no vendían ningún tipo de alcohol que no fuera vino, en el dichoso súper), nos plantamos allí. Una vez en la casa, me dí cuenta de que todo había sido un error muy grande y de que este país y la conviviencia con Vaca están haciendo de mí una persona horrible.

Sólo veía irlandeses en plan hooligan vejestorio y demasiados madrileños. Y, os lo digo desde ya, no hay en el mundo, sobre la faz de la tierra entera, suficiente alcohol para que cuando estés hablando con ellos se te pueda olvidar ESE acento, ESE deje, ese nosequé que me pone tan nerviosa que llego a perder el hilo de lo que me están diciendo mientras pienso: "¿Cómo es posible que sólo tengan que aprender un idioma en la vida y no sepan usar los pronombres correctamente? ¿Por qué ser practicantes convencidos de la religión del leísmo y el laísmo, cuando son una cosa taaaaan feeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeea? ¿Por qué hablan taaaaaaaaan raro, joder, por qué, por qué, por qué me ponen tan histérica?" Y cuando conseguía centrarme en la conversación, no oía nada más que bobadas como que hay muchos madriles viviendo en Dublín porque, claro, es donde más gente hay. "¿Y Andalucía qué, chato?", te apetece decirle. Luego empieza a explayarse el chaval sobre sus vacaciones asturianas. Es uno de los típicos momentos raros, en los que el asunto de los sentimientos mútuos no funcionan. Veamos

Ejemplo A: Un madrileño y un catalán se encuentran en un país extranjero. Ninguno de los dos se emociona con respecto al lugar de origen del otro así de principio. Sentimiento mútuo.

Ejemplo B: Un asturiano y un vasco se encuentran. Se ponen en plan "AhívaPatxiiiiiiiiiiii, yo estuve allí de vacaciones". Si no estuvieron allí de vacaciones, alguno de los dos tendrá familiares, amigos o amigos de amigos en la otra región. Emoción y hermanamiento de pueblos. Sentimiento mútuo.

Ejemplo C: Un asturiano y un madrileño se encuentran. El madrileño se emociona, manifestando su alegría en forma de frase lapidaria en plan: "Me encantan lasss fiesstasss en loss pradoss assturianosss. ¿Sabess dónde esstá Tapia? Yo veraneo allí." El asturiano piensa: "¿Cómo no voy a saber dónde está Tapia, zoquete... Seguro que eres uno de los atontaos que normalmente sólo ven agua en la bañera y en verano se lanzan a las olas con una tabla de surf con la etiqueta colgando. Manda huevos..." No hay sentimiento mútuo, ni aprecio, ni emoción por el encuentro, ni nada.

Total, que no sabes si será el aire, el ambiente, la cantidad ingente de madrileños por metro cuadrado en Dublín o lo alto que hablan, que es como si llevaran una sirena en la frente diciendo: "Spanish, Spanish, Spanish", pero te vas dando cuenta de cómo las pequeñas cosas que antes no te molestaban o sólo te hacían gracia, te sacan de quicio y te convierten en una persona horrible, horrible y xenófoba y sabe Dios qué más. Y te preguntas dónde están los madrileños normales, que tú en su momento los conociste y como muestra está tu amiga Shaila. Luego, reflexionas y llegas a la conclusión que a los insoportablemente cansinos los exportan con promesas de trabajo en abundancia y mucho dinero. Ah, son listos éstos de la capital.

Kalimotxo en mano, hablas con quien sea con tal de evitar a los hooligans con pinta de chungos (valga la redundancia). Das con un vasco que, francamente, te cae como una patada en el culo y eres consciente, gracias a él, de que tu radar de vascos es tecnología inteligente, con lo cual se salta a gilipollas en general, para sólo soltar la alarma cuando es necesario. Cambias de rumbo. Te sirves otro kalimotxo. Vuelves a hablar con el madrileño que veranea en Tapia. Borracho es todavía más cansino. Cambias de rumbo. Le preguntas a tu compañero de piso si porfavorporfavorporfavorporfavor nos vamos a un bar. Negativa. Cambias de rumbo y vuelta al kalimotxo, repantigada en el sofá. Uno de los habitantes de la casa, procedente de un país anglosajón indeterminado, se acerca y te da conversación. Al rato, se une otra de las habitantes (sí, madrileña, la criatura) y literalmente se tira encima del chaval en diversas ocasiones, hasta conseguir salpicarte con su bebida el vestido. Trago de kalimotxo, te levantas del sofá y cambio de rumbo. Buscas a la madrileña que te había invitado. Te la encuentras en el centro de la sala, morreandose con otra tía. Cambio de rumbo y a echarse otro kalimotxo. Suizo pseudo-adolescente intenta ligar contigo. Cambias de rumbo. Vuelves a preguntarle a tu compañero de piso si ahora sí porfaporfaporfapoooooooooooooooooooooooorrrfaaaaaaaa. Negativa por respuesta. Vas al váter. Tiene moqueta en el suelo. Vuelves a echar mano a tu vaso y cambias de rumbo. Se te vuelve a sentar al lado el anfitrión anglosajón. Después de 5 minutos, llega otra vez la madrileña hijadelagrandísimaputa, dicho sea sin ninguna acritud ni subjetividad, se le vuelve a sentar encima y tira la puta cerveza del chaval encima... una vez más... de tu vestido nuevo. Te entran unas ganas asesinas de agarrarla por el cuello y explicarle, desde la paz y la armonía, que eso de pegarte con el chico que te gusta se pasó de moda cuando teníamos 13 años, para no volver nunca. Y que, por cierto, por lo poco que veo, el chaval pasa de ella como de la mierda. Y que es MUY TONTA. MUCHO. En su lugar, coges por banda a tu compañero de piso y lo arrastras hasta la parada más cercana de taxis, mientras blasfemas y repites una y otra vez hijadelagrandisimaputa, hijadelagrandisimaputa, reza para que el chaval no me eche los tejos nunca jamás. Porque como tenga una pequeña oportunidad, hijadelagrandisimaputa, le voy a meter la lengua hasta la campanilla. Porque podría haberte tirado encima a tí también una cerveza entera, hijadelagrandisimaputa, pero no sería suficiente. La venganza es un plato que se sirve frío y tú te vas a cagar, una vez más, hijadelagrandísimaputa.

PD: tengo fiebre, estoy afónica y llevo todo el día en la mano gracias a haberme dedicado el sábado a:
a) caminar en manga corta del centro comercial a casa.
b) buscar un taxi por las calles de Dublín a las cinco de la mañana con el vestido mojado.

Gracias, Penneys. Gracias, hijadelagrandísimaputa.
Posted by la_filologa :: 7:35 p. m. :: 10 Comments:

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miércoles, octubre 18, 2006

You can leave your hat on

Os vengo con una exclusiva. Pero no una tontería cualquiera, de esas que en los programas del corazón les dan para tres días. Que va, que va. Esto es muuuucho más gordo (no, no va de Vaca), mucho más fuerte que cualquier otra cosa que haya salido en este humilde blog. Albas, Perens, DoctorJB, Andrómena, Iratxe, Pau, Sory, demás habituales que suelen o no comentar, alegres jovencitas que (según las estadísticas) llegan en masa a este blog buscando “mikel alonso” en el Google, estamos hablando de un hito y no espero menos que batir el record de comentarios. Anoche, mientras todo ocurría ante mis ojos, no dejaba de pensar cómo transmitir vía escrita el momento para que lo vivierais casi como yo. Al fin, conseguí un documento que… ayudará. Pero basta de preámbulos, vamos al grano.

Ya todo parecía un poco extraño cuando al llegar a la universidad descubrí que aquí se hacían balls (bailes, como los de Salvados por la Campana, pero sin vestidos pomposos para las chicas y trajes para los chicos). Repasando el librito sobre la vida en la universidad que me dieron el primer día, me fijé en que había una semana en la que una de la sociedades (una sociedad benéfica de origen cristiano, para ser más exáctos) se dedicaba a organizar actividades para recaudar dinero. No especificaba nada, pero me imaginé a mí misma esquivando simpáticos irlandeses con huchitas cual día del Domund por todo el campus. Gran fallo el mío. Bueno, ¡qué tontería! Fallo el de las asociaciones benéficas españolas, que no han visto el filón que han encontrado aquí los amigos en su semana de recaudación. Ya el lunes llegó un mail informando del programa de actividades de la semana. Eventos a destacar así a primera vista: fiesta de los años 80 (bueno, no creo que sea necesario regocijarnos en esas vestimentas, pero todo sea por una buena causa), Speed Dating (citas de 8 minutos con todo lo que se mueva dentro del local) y… la noche de “sólo bata blanca”. Supongo que lo habréis deducido a la primera, aunque os resistís a creerlo, así que aclaro: ese día los estudiantes de ciencias van al bar con su bata blanca de hacer prácticas. Sólo con la bata blanca. Como os lo cuento. De hecho, todos estos eventos ocurren durante una misma noche (mañana mismo, seguiré informando)

Pero en el programa había algo para anoche que no acabábamos de comprender. Así que nos dirigimos a nuestras compañeras de casa (las enfermeras majas, se entiende) y les preguntamos qué era aquello de “Slave Auction”. ¿Alguien tiene una idea? ¿Sí? ¿No? ¿Seguís todos ahí?
Las enfermeras, que anunciaron desde el principio su firme intención de quedarse en casita viendo la tele, nos lo dejaron claro no, cristalino: se trataba de… una de esas míticas subastas de gente que se ven en las series y pelis americanas. Sí, que se sube al escenario un chico o una chica y desde el público la gente enfervorecida empieza a pujar por tenerlo durante 24 horas. Sí, puedo decir que no es un invento de un pervertido productor de TV para que los (supuestos) adolescentes protagonistas muestren cacha. Eso existe en la realidad y yo… lo he visto.

He de decir que en realidad no es tal y como aparece en las películas. Es mucho peor… y más erótico-festivo, dónde vas a parar. Empiezo por ellas porque fueron los personajes de la noche. Se lo merecen, coño, por su desmesurado amor a los niños pobres que las llevó a hacer esas cosas: las enfermeras calentorras. Sí, no me equivoco al pluralizar, porque fue la facultad que contribuyó a la subasta con mayor número de gente y, ante todo, mayor entrega. Nada más empezaron a desfilar las primeras por el escenario, comprendimos por qué nuestras compis se habían quedado en casa: vergüenza ajena, que lo llaman. Las enfermeras calentorras subieron al escenario de una en una, en grupos de dos y hasta de cuatro y casi todas ellas debidamente uniformadas con el típico traje de porno-enfermera que todos os estáis imaginando. Mención especial merece una que, con una merluza impresionante, subió su cotización hasta más allá de los 200 euros a base de restregar el culo contra el presentador. Precisamente subiendo al escenario con el carismático presentador, no había manera de estar a salvo para las chicas: las que subían solas porque les tocaba enseñar algo de cacha. Las que subían en grupos de dos o más, eran inducidas a besarse. Como decía el conductor del evento: “Si entre todos juntáis 40 euros en este vaso, se besan con lengua visiblemente. Venga, 15 euros más, que todos queremos verlo. ¡¡¡No seáis ratas, que es para los niños pobres!!!”

Y luego estaban los chicos, que fueron quienes abrieron la veda. Empezaron de forma suave, con uno que cantó y, tras 30 euros en el famoso vaso recaudatorio, también se quitó la camiseta.
La cosa empezó a calentarse y alcanzó el punto álgido cuando subieron al escenario el vicepresidente y el tesorero (o algo así) de la Students Union, es decir, nuestros representantes en la universidad. De hecho, ahí fue cuando el asunto del vaso empezó a coger carrerilla. Que si 30 euros para que se quiten la camiseta, que si otros 40 para los pantalones y… el momento estrella. El presentador pide silencio y solicita dos voluntarias que suban al escenario. Su cometido es el siguiente: si se recaudan 100 euros en el vaso, tendrán que ocuparse de tapar… ejem… lo tapable mientras los dos chavales que quitan los gayumbos. Sobra decir que se sacaron 200 euros y no sólo tuvieron que quitarse los calzoncillos, sino también las manos de las chicas.

Según avanzaba la noche y la multitud aclamaba y se dejaba la pasta en las distintas “actuaciones” de chicos y chicas, el presentador advertía que ya quedaba poco tiempo. Así, a cada hombre que subía al escenario, se le pedía que se quitase la camiseta ya, de entrada. Y el numerito de las voluntarias se repitió todas y cada una de las veces que subieron dos chicos o más de una vez. La noche remachó con el camarero del local casi suplicando a su novia que dijese que no le permitía quitarse los calzoncillos, mientras la susodicha se descojonaba a más no poder entre el público, seguramente pensando que esta situación es algo que podrá restregarle eternamente por las narices. Ah, las mujeres somos así.

Para el recuerdo queda la mismísima presidenta de la Students Union teniendo que sacarse el sujetador por una manga para ponerselo a su novio… por 80 euros.
Y como colofón tras tantas emociones, os dejo una foto de uno de los muuuuuuuchos subastados que acabaron como su madre los trajo al mundo en el escenario. Elegido, para ser sincera, por su negativa rotunda a quitarse los calzoncillos que chocó contra el ansia recaudatoria del presentador: “Por el amor de Dios, una desconocida va a tapártela con las manos en un bar lleno de gente, pero ¡¡¡ES POR CARIDAD!!!”

Y, solidario, el chico lo hizo.



Posted by la_filologa :: 6:22 p. m. :: 20 Comments:

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domingo, octubre 15, 2006

El buen comer y el buen beber

Ah, ya puedes haberte comprado instructivos libros de cocina antes de venir aquí, ya puedes ser un buen cocinero en tu casa, ya puedes tener un don para la cuisine... que en Irlanda, dará todo igual. Que sí, que qué más da todo lo que sepas hacer si aquí falla LA MATERIA PRIMA. Que no puede ser ir a un supermercado y que la comida no tenga buena pinta ya ni en los estantes. Que encima luego tienes que ver a Vaca comiendo, que siempre cena antes que tú y se te quitan las ganas de toooooooooodo, joder, se te quitan, sí.

Y estas cosas no las entiende mi preocupada parentela cuando habla conmigo por teléfono. Claaaaro que adelgacé, como no voy a adelgazar, si es que este país está en mi contra. Si es que sólo a Vaca se le ocurre ponerse a dieta por primera vez en su vida precisamente ahora y plantar un poster con su careto vestida de gala y las reglas que tiene que seguir en todo el medio de la nevera. Que es que ves que la cabrona tiene faltas de ortografía escribiendo en inglés y te dan ganas de ir hasta la puta ETT en la que te dijeron que sólo se dedicaban a trabajos de oficina y no cogían extranjeros. Sí, te dan ganas de ir a por la señora de detrás del mostrador y restregarle los morros por el poster escrito "made in hablante nativa de inglés". Hombre ya, entre la foto de Vaca sonrosadita cual bebé y repeinada, las dichosas faltas de ortografía y el cuenco con restos de fabes/habas/alubias (como lo llaméis) de bote a medio comer que encuentras en el interior del frigorífico, la que consigue hacer dieta (aunque involuntaria) eres tú. ¿Queréis saber lo que hace con las susodichas alubias? ¿Queréis saberlo? Las unta en tostadas, como os lo digo, que lo ví yo con mis propios ojos. Qué asco, qué asco, a mí es que me supera.

Y ni siquiera le queda a uno el consuelo del alcohol, que yo me emborracharía, pero a 5 euros la pinta de cerveza, eso complica mucho el tema. Y por eso se agradece que, como nos ocurrió ayer, veamos la luz. Sí, la luz en forma de grupo de amigos vascos encontrados, cual aparición divina, en un bar. Gente maja, gente simpática que lleva tiempo viviendo aquí y te explica las cosas. Gente que te invita a su casa y te da kalimotxo y ves que su casa está limpia, cojones, y aún se disculpan porque el día oficial de limpieza es el siguiente y andan las cosas un poco desordenadas.
Y por primera vez desde que andas por estos lares, estás de juerga hasta más allá de las 6 de la mañana. God bless kalimotxo

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Posted by la_filologa :: 11:24 p. m. :: 4 Comments:

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viernes, octubre 13, 2006

Terror in the middle of the night

YO: - "¿Pondrán el España-Argentina en el bar ese de cerca donde echan los partidos de la liga española?
COMPI: "Mmm, no sé, podemos probar a ver. Y si no... todo lo que sea alejarse de esta casa es bueno."

Así, nos encaminamos al bar que está cerca (bueno, lo de cerca es un decir, cerca de esto no hay NADA), huyendo de la multitud que había en nuestra casa. Vaca (ah, se acabó la paz), Pollo, Boyfriend de Vaca, enfermeras, novio de una de las enfermeras. Todos en el salón.

Fracasamos por completo en el intento de ver el partido, ya que los programas deportivos de aquí, al terminar el partido de Irlanda, se regocijaron en repetir imágenes del susodicho, así como de la cantada del portero de la selección inglesa, que era jaleada con saña una y otra y otra vez mientras los presentadores la repasaban sin compasión (la desgracia ajena es lo que tiene, que consuela). Especialmente bonitas fueron las imágenes de los hooligans esperando al incompetente cancerbero a la puerta del estadio.

A la vuelta a casa, íbamos casi con rezos de "Por favor, por favor, que se haya ido el Boyfriend ya, que cuando entremos no esté la puta bicicleta apoyada en la puerta. " Ahí estaba la bici. Y todo era mucho, mucho peor de lo que nos imaginábamos. Fui al baño y, cuando estaba en pleno proceso de lavarme los dientes, oí claramente cómo Vaca y Boyfriend entraban en la habitación de Vaca. Acabé lo más rápido posible, pasé por delante de la puerta de la habitación de mi compañero de casa y llegamos a una conclusión clara: nos ponemos el mp3 bien alto y aquí no se oye nada. Deberíais haberme visto, música en oídos, ojos como platos, diciendome a mí misma: "Esto no me está pasando a mí... Esto no me puede estar pasando a mí..."

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Posted by la_filologa :: 1:32 p. m. :: 3 Comments:

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martes, octubre 10, 2006

Documento escalofriante

El sábado noche, aprovechando la ausencia de nuestro objeto de estudio y tras beber una botella de vino australiano horroroso que compré en el Lidl (qué queréis, a mi no me sonaba ninguna marca y español no había, pensé que si era vino blanco no podía saber mal, pero me equivoque claramente), nos lanzamos a la exploración de lo desconocido: the wilderness.

Aquí os dejo, no sin antes aconsejaros que no os lanceis a mirarlo con muchas ansias, por si pudiera dañar vuestras córneas, un documento escalofriante: una foto del habitat natural de la especie conocida como "Vaca Manchalotodus Olvidatazasconrestosdecolacao Común"


Ni Felix Rodriguez de la Fuente, ni Jacques Costeau se atrevieron nunca a acercarse a un entorno tan hostil, con el temor de que una mala pisada o un tropezón cambiasen algún pequeño detalle que despertase la ira infinita de la bestia. Prueba superada. Buff.

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Posted by la_filologa :: 11:56 p. m. :: 6 Comments:

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lunes, octubre 09, 2006

El día que Cris gritó: "Fanny, Fanny, I'm looking for Fanny!!!"

Tras el furor de limpieza del viernes noche, la casa siguió en calma, alegría, limpieza y tranquilidad durante todo el fin de semana. Mis amigas Ana y Cris, que están de Erasmus en Galway, vinieron aquí el sábado. La cosa empezó con ciertos problemas de comunicación.

(llamada al móvil)
Ana: "Oye, que para mí que nos bajamos en la parada que no es, no sé... Madre, madre, que nos perdimos ya"
Yo: "A ver, no te aceleres. ¿Qué ves desde donde estás?"
Ana: "Estamos donde el río." (cambio y corto)
Yo: "Eeehh... Entonces fácil, el río es pequeñito, sólo cruza Dublín entero. A ver, un edificio o algo que veas desde allí."


Una vez superadas las dificultades de orientación iniciales, sufrí otro capítulo de mis desgracias relacionadas con el mundo del transporte. Aquí, cuando te subes al bus, tienes que decir dónde vas a bajar, porque el precio es diferente. Nosotros nos subimos a uno que, al menos entre semana, para delante de mi facultad. Le decimos (4 personas seguidas) que vamos a la universidad, nos dice que chachi, 1.35 y pa'dentro. El conductor tiene a bien recordar que en los fines de semana cambia el trayecto y ya no pasa por allí cuando ya estamos en medio de la nada. Entre inmensas dificultades, llegamos a mi humilde morada y descansamos un rato. Cuando estamos comiendo en el shopping centre un par de horas después, sale el caso de una amiga española que han hecho en Galway que, para muy desgracia suya en todo país anglo-parlante, se llama Fanny ("coño" en inglés, para los no-políglotas). Cris constituye junto con Carmen la parte glamourosa de nuestro grupito de la facultad de Oviedo, por oposición a Ana y a mí, que somos la parte ehmmm... ¿garrula? ¿menos fina? menos sofisticada, dejémoslo así. Tan emocionada se hallaba Cris contando la anéctoda de Fanny, que empezó a levantar la voz un poco por encima de la media:

Cris: "Y claro, imagínate, si te pones por aquí a llamarla a gritos: Fanny, Fanny, I'm looking for Fanny!!!!!"
Ana: "Cris...."
Cris: "¿Qué?"
Ana: "Aquí todo el mundo te entiende"
Cris: (Mira a las dos madres que, en la mesa de al lado, tienen reunidos a unos 6 hijos entre las 2. Ninguno mayor de 5 años) "Ay, estoy pervirtiendo a la infancia irlandesa"

Así que durante el fin de semana nos dedicamos a observar, en plan estudio psicológico, los diferentes aspectos en los que Ana está maleando a Cris:
1. La hemos oído decir "hostia". Y "joder" también.
2. Fala asturianu. No sólo nos entiende, sino que colabora en la conversación sin cambiar de idioma.
3. Cris se bebe pintas de sidra como agua.
4. Cris está salida. No podemos confirmar que utilice la palabra "follar", pero creemos que al menos la piensa a veces.
5. Cristina... nuestra Cristina... blasfema. Y eso ya lo supera todo. Porque otra cosa sí, pero eso no lo sacó ni de Ana ni de mí. Tememos que se esté adaptando demasiado a la vida irlandesa y que, para cuando vuelva a Asturias en Navidades, baile y se vista al estilo de las autóctonas de este país. Malo, malo. Eso podría provocar que sus padres la nominasen para abandonar el Erasmus a collejas.

Tras las declaraciones vía messenger de la Peren aleteadora en las que se deducía que se estaba entregando al alcoholismo (ella que puede, que en Irlanda eso es demasiado caro), tomo eso y los efectos de la convivencia con Ana en Cris y puedo afirmar y afirmo que el glamour ha muerto. Guardemos un minuto de silencio.

PD: Mañana... Una Vaca-primicia.
Posted by la_filologa :: 4:32 p. m. :: 5 Comments:

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sábado, octubre 07, 2006

La vida feliz, la vida sin Vaca.

No os dejéis engañar por el título, Vaca no se ha ido para siempre. No ha sido tragada por un (gigantesco) agujero negro, no se ha fugado a vivir la vida loca con el boyfriend y su bicicleta, no ha muerto tratando de superar su record mundial de cena inmensa (deberíais ver los platos, a-sus-tan). Simplemente, se ha ido de fin de semana. Al principio, al verla mochila en mano, sospechamos que se iba de vuelta a casa para asistir a la misma boda a la que irá Pollo el sábado. Craso error. En su familia saben bien quién es esta elementa y que, en caso de invitarla, probablemente se zamparía hasta los caramelos de los niños y asustaría a los invitados con su vestido rojo ajustado estilo no-dejo-nada-a-la-imaginación, así que nasti de plasti, sólo Pollo asistirá a la ceremonia. Vaca anunció el miércoles que se iba con sus amigas de excursión, en plena noche se largó mochilla al hombro y pelos (cuatro) al viento. Fue abandonar ella la casa y... todo empezó a ir como la seda.

Esa misma noche, encendí mi portatil con la intención de probar el cd-rom de alemán y cuál es mi sorpresa cuando... se conecta expontáneamente a internet. A la conexión de sabe-Dios-quién, no importa. Lo único que importa es que yo tengo internet en mi misma cama (en la que me encuentro ahora mismo). Al día siguiente por la mañana, nos dirigimos al famoso Dublín 1, encontramos la oficina a la primera, había mucha cola que fue bastante rápida, aún así. Nos tramitaron la PPS sin ningún problema y nos la enviarán a casa en 10 días. Poco parecía que fuese a mejorar el día cuando, al llegar a casa, me encontré un paquete verde de importante tamaño. He ahí el enviado por Correos por mis padres, con jamón envasado al vacío, otros entremeses varios que me pueden solucionar la vida bastante a menudo, la bufanda del Sporting y alguna prenda de ropa que necesitaba y no me había cabido en la maleta.

El ambiente en casa ya tenía otro tono diferente, menos tensión, menos porquería también. Para ser sinceros, Vaca es, literalmente, bastante cerda. Sin embargo, no por irse recogió el rastro que va dejando por ahi e, incluso hoy, dos días después de su huída nocturna, nos hemos encontrado en el suelo del salón, al pie de una butaca, una taza suya... aún con Cola-Cao. Pero todo parece diferente: el cielo más azul, el mundo más bonito, la universidad más interesante, los pajaritos cantan, las nubes se levantan, a todos nos sale genial la comida y no se nos pega nada ni en el grill ni siquiera en la sartén chunga, mis amigas que están de Erasmus en Galway van a venir a verme este fin de semana... Es todo como un pequeño milagro.

Y, hablando de cosas bonitas, porque no todo en casa son crisis y horror, lo de hoy. Las dos chicas que viven conmigo y estudian Enfermería habían accedido, sin ningún problema a mi petición de que mis dos amigas se quedasen a dormir el sábado en su habitación (ellas se van todos los findes de vuelta a casa). Como le dije a una de ellas, me habían hecho, con eso, un regalo de cumpleaños estupendo. Hoy se marchaban mientras nosotros estabamos en clase. A la que salimos, yo me quedé hablando con las chicas simpáticas de Canarias y Barcelona y mi compañero de piso se fue a la biblioteca (por aquello de Internet gratis, no porque sea muy amante de la lectura). Después de la charleta con las chicas simpáticas, voy directa a la cocina a hacerme la comida, cuando me giro para ver si necesito limpiar la mesa y veo... ¡otra taza mediada de Cola-Cao de Vaca! Noo. Bueno, sí. Me explico, la taza estaba allí, pero la visión de la mesa que nos importa ahora y que me importó a mí en ese momento fue una bolsita rosa con un sobre a mi nombre apoyado en su lateral. Y ahí estaba una tarjeta de felicitación de las enfermeras, un osito, una tableta de chocolate y unas gafas verde-Irlanda gigantescas. Y yo, como es lógico para todos los que me conocéis "in person"... me puse a llorar. Me alegré bastante de estar sola en casa, así que me harté de moquear de la emoción todo lo que quise y, después, me zampé un bocata de chorizo de Pamplona del que me mandó mi madre... y un trocito de chocolate de las enfermeras. Porque yo lo valgo.

PD: Esta noche, suena un sms en mi móvil español. Mensaje de Carmen para felicitarme. Me hace gracia que, con el asunto del cambio de hora, en España ya era mi cumpleaños, pero aún no en Irlanda. ¿Quieres saber, Peren Aleteadora, qué hacía la ilustre cumpleañera en los momentos en los que le llegaba tu felicitación? Estaba, falta de todo el glamour que a tí sí te caracteriza, aunque a mí no, fregando la mismísima taza del váter de abajo. Sí, mi mayor felicidad de esta tarde consistió en poder hacer mi propio auto-batallón de limpieza y dejar la casa decente aprovechando la ausencia de Vaca. Ah, pero cuán era mi satisfacción al ver que ya no había tazas usadas puestas por cualquier lado, ni revistas tiradas por ahí y que, por fin, por fin, POR FIIIN había conseguido quitar ese olor extraño que te echaba para atrás según abrías la puerta del baño de abajo y que te hacía adentrarte allí sólo en caso de extrema, extrema necesidad.

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Posted by la_filologa :: 3:01 a. m. :: 5 Comments:

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miércoles, octubre 04, 2006

PI-PIII-EEES

A vosotros os han contado tambien el rollo ese de que si eres europeo es todo muy bonito y no hay problemas para trabajar en Europa, verdad? Pues os informo, de primera mano, que eso es mentira podrida. Se supone que es facil, solo sacarte un numero de la seguridad social y a buscar trabajo!! Pero ahi esta el truco: la burocracia, que ataca a traicion, estes en el pais que estes.

El lunes, despues de las clases, me encamino a buscar la dichosa oficina de welfare a la que me han dicho en la facultad que tengo que ir. Llego a mi destino, despues de preguntar a unas 8 personas y, al final, acabar cogiendo un autobus. Son las 12.15. Cartel en la puerta que indica que vuelve a abrir a las 2. Investigo por la zona, aunque es dificil encontrar un bar que no sea solo de beber alcohol: yo tenia toda la intencion de comer. Al final termine en una sucursal de esa temible cadena de comida rapida llamada "Abra-kebab-ra". Tras esperar casi dos horas, me dirijo a la oficina solo para encontrarme, ya en el interior, un cartelito que me informa de que las solicitudes de nuevos PPS (los numeros de la seguridad social) solo se pueden hacer de 10 a 12.

Vuelvo al dia siguiente, con el tiempo pelao para ir antes de la unica clase que tengo en el dia, estrategicamente situada a las 11, para molestar lo mas posible. Despues de que un conductor de autobus pasase olimpicamente de hacer escala en mi parada, en la que yo manoteaba y saltaba indefensa para que se compadeciese, consegui llegar al sitio indicado mas o menos con tiempo. Me dan numero. La cola va mas o menos rapido y resuelven los temas de la PPS pronto, asi que pienso que igual me da tiempo a llegar a clase de sobra. Es mi turno y la chica empieza a ponerme cara rara. Mira y remira mi contrato de alquiler de la casa y mi pasaporte. Yo, ansiosa por dejar de ser una sin papeles, le pregunto que pasa. "Estas en la oficina equivocada. Aqui NO te lo podemos hacer. Tienes que ir a la de Dublin 1". Pruebo mi cara de cachorrito abandonado en medio de la carretera. No funciona. Me devuelve papeles y pasaporte y yo me voy, evidentemente sin ninguna posibilidad de llegar a clase ya, farfullando: "Y yo que cojones se donde esta Dublin 1. Si es que aqui teneis los codigos postales desordenaos, hombre yaaa..."

PD: en las jornadas de clubs y societies, me uni a la de cine, en la que se pueden ver pelis gratis. Hoy, cuando volvi por la tarde, esperando encontrar otra mas a la que unirme, estaban ya todos con el tenderete desmontado. Hasta cierto punto me alegro. Ah, corria peligro de acabar uniendome al equipo de futbol femenino. Y no, eso no, que estos juegan a la inglesa, es decir: nada es falta si no hay sangre (en cantidades suficientes, no una mierda de brechita)
Posted by la_filologa :: 5:52 p. m. :: 6 Comments:

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lunes, octubre 02, 2006

De Dublin al haren??

Sabado noche, huida por patas de casa ante el peligro de volver a sufrir la espantosa vision de Vaca en plan "tonight or never in the life" con vestido rojo incluido. Pub ya tradicional, muy buena musica, pero demasiada gente. Sidra mediante (me estoy aficionando), me convierto en jefa de la expedicion que tiene por objetivo coronar la cima de ese bar raro con bebidas a 3 euros al que me habian llevado los chicos del hostel una vez. Finalmente, doy con el sitio sin tener que preguntar demasiado. Desgraciadamente, una vez pagada la entrada, nos damos cuenta de que las bebidas solo son a tres euros los lunes y los jueves. Resignacion y, al menos, estar en un sitio que no cierra hasta las 3 (por aqui es un lujo).

Caminando a buen ritmo mientras llueve. Parada de taxi en medio de la calle sin ningun tipo de elemento que ateche: unas 50 personas esperando, facil. Ni una triste cafeteria abierta donde resguardarse. Al final, nos resignamos y nos atechamos debajo de la entrada de una tienda con la esperanza de que la cola mengue pronto. No mengua. Mi companero de piso maldice la hora en que se le ocurrio dejar de fumar y, tras situarsenos al lado varios individuos de pinta... como os diria?... poco recomendable, decide que no puede mas y les pide un cigarro. Asi, empiezan una conversacion de la que espero sinceramente no tener que participar, cabeza gacha, manos en los bolsillos, casi tiritando. Mis esperanzas duran tirando a poco, cuando se dirigen a mi y tengo que contestar, educada, pero mas bien corta de palabras. No se queda el individuo contento con eso y se empecina en darme conversacion, cosa inevitable cuando en la cola del taxi, unos empiezan a pegarse.

El kinki al que le caigo en gracia y pretende darme conversacion me informa de que es de la India, y que su amigo, con aun peor pinta que el, de Paquistan "como Bin Laden, este es de Al Qaeda". Pues chachi, digo yo, a la espera y desespera de que empiecen a llegar taxis a mansalva. "Mmmm... Voy al servicio del McDonnalds, que no puedo mas", dice mi companero de piso, encargandoles a los kinkis que cuiden de mi. Durante esos minutos que parecieron siglos que tardo en volver, el amigo de la India me lanzo todo tipo de piropos e intentonas, que si soy very beautiful, que si no quiero quedar con el a solas. "Ehhhmmm... No". "Pero si que quieres un poco... que si". "Pues veras, es que tengo un amigo especial y no creo yo que le gustase eso" (intentando, ilusa de mi, hacer ver que tenia un hombre grande y fuerte cuidandome las espaldas. El kinki de origen exotico lo interpreta como que la unica razon por la que no quiero quedar es que el otro se enfade) "Mmm, pues si se entera, le decimos que solo somos amigos".

Companero de piso que regresa del MacDonnalds. "No estaban abiertos los servicios, solo vendian cosas, asi que me compre unos Nuggets." Sonrisa por mi parte: "Me alegro." Asi ellos vuelven a la conversacion, comentandose cuando quedar para que mi compi le comprase tabaco de Morocco. Si, mi pretendiente era un hombre con negocios propios: especializado en el campo del contrabando, para ser mas concretos. De repente, empiezan a medio susurrarse y yo me veo las consecuencias: "Dios!!! Mi companero de piso me va a vender por un paquete de tabaco!!". Microsegundos despues, y tras aun varias ultimas intentonas de que le diera mi telefono, arrastre a mi compi hacia la parada de taxi, ya cuando la cola habia menguado. Los kinkis exoticos se situan cerca de nosotros y nos ofrecen compartir taxi. Vuelvo a hablar y maldecir entre dientes "Ni se te ocurra, no quiero que ese sepa donde vivo." "Ejem... No, gracias, ya cada uno en un taxi y para su casa, eh?" (version oficial dada). Cuando veo uno, salto, casi meto a empujones dentro a mi companero y cierro la puerta rapida y veloz. Ya, aliviada, agradezco que le contestase (aunque sea mentira) que nuestra casa estaba full y no cabia ni un alma mas, asi que sentia mucho que estuviese buscando una habitacion para dormir, pero no era el caso. Pero, ante futuras sorpresas con respecto a ese delincuente enamorado de mi, le dejo claro a cuantos kms de distancia quiero mantenerlo y que, en caso de que me vuelva a dejar en una de estas como cuando fue al servicio, ejecutare mi malvado plan de venganza: le dire a Pollo que nuestro simpatico companero de piso esta enamorado de ella. JAJAJAJAJA (risa malvada)
Posted by la_filologa :: 6:52 p. m. :: 7 Comments:

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