Diario de una filóloga arrepentida

martes, abril 11, 2006

De primeros amores y acordeones

El viernes ocurrió algo que confirmó mis sospechas de que voy a morir vieja, sola y rodeada de gatos. Mi prima se ha echado novio. Perdón, me explico. Mi prima DE 11 AÑOS se ha echado novio mientras yo sigo aquí, más soltera que Alberto de Mónaco. Ayer no tenía el coche aquí, así que tuve que llamar a su padre para que fuese a llevar y buscar mi ordenador a la tienda (se había estropeado, soy 33 eurazos más pobre y tal) y ella, aprovechando la confusión de “enchúfalo ahí, y ese otro cable, ¿de dónde es?”, me dejó un recadito en casa. Una nota para su novio. Para que se la mande por e-mail. Dios mío, soy sujeta-velas hasta para dos mocosos. Yo, sinceramente, creo que ya no puedo caer más bajo. De todas formas, no he protestado ni un poco y se lo he mandado ya. ¿La razón? La adolescencia está ahí, a la vuelta de la esquina. Y como haya heredado la tendencia a lo chungo y lo macarra de su otra prima y mía, van a ser unos años complicaditos. Así que al menos quiero que tenga a alguien en la familia con confianza para decirle que está enamorada de un cafre que repite tercero de la ESO. Pobre, qué poco sospecha ahora mismo que sus genes la llevan directamente ahí.
Por la tarde, hice amago de estudiar para el parcial en una cafetería. Todo iba bien, dentro de lo que cabe, hasta que se nos sentaron en la mesa de al lado las típicas señoras con pelo-casco a base de muchísima laca y demasiadas ganas de hablar. En el momento en el que una, describiendo su viaje a una gran ciudad (Madrid, Barcelona, qué importa) soltó: “te subías en el metro y de ahí a dos paradas, se montaban tres rumanos con un acordeón y…”, me vi obligada a cerrar los apuntes definitivamente y echarme a reir como una idiota. No podía dejar de imaginar a la señora del pelo casco en el metro con los rumanos y el acordeón. Ay… ¡qué cuadro!
Por cierto, antes de dejaros, os suelto un cotilleo: los niños de hoy en día ya no se preguntan “¿quieres ser mi novio/a?” Se dicen, “¿Quieres salir conmigo?”. Eso lo sé de buena tinta, fue lo que le preguntó ese niño a mi prima. La duda es: ¿salir a dónde? Pero si no los dejan ni ir solos a comprar el pan…
Posted by la_filologa :: 12:02 p. m. :: 0 Comments:

Postea un comentario o cotillea los de los demás

---------------oOo---------------