Diario de una filóloga arrepentida

jueves, julio 06, 2006

Ya tengo donde caerme muerta

Si, si, como os lo digo. A partir de hoy tengo donde caerme muerta en Dublín. Llevaba tal que un mes con el nombre y el número de teléfono de la casera de las chicas de la facultad que fueron este año allí de erasmus, pero no me había atrevido a llamar. Primero fue el stress de los exámenes, luego el curso de verano, que no llegaba a horas decentes como para llamar. Y luego llegó mi momento nosenosenose.
Es una especie de sensación rara que me aparece cuando sé a ciencia cierta que voy a tener una conversación con un hablante nativo de inglés. De repente, empiezo a pensar que no voy a saber explicarme. Como si se me fuesen a ir de la cabeza todas las estructuras, vocabulario y el idioma en general. La gracia de todo esto es que nunca me ha pasado en realidad y que, de hecho, soy consciente de que si he podido estar en Inglaterra hablando todo el día con nativos y desenvolverme sin más problemas, es absurdo tener semejante paranoia.
En fin, que esta mañana decidí que de hoy no pasaba y fui al locutorio. Marqué ese número infinito cruzando los dedos para que la dislexia no se interpusiera entre mi futura habitación y yo. Al principio me dijo que tendría que coger mi nombre y mi número de teléfono para avisarme cuando supiese algo fijo de los estudiantes que habían estado este año. Luego, avisándola de que conocía a sus ex- inquilinas, se puso super feliz y encantadora y me ofreció la única habitación cuyo inquilino ha acabado la carrera y ya no va a volver. Así que ya no voy a dormir under the bridge, como sospechaba en mis peores pesadillas. Tengo una habitación. Es pequeña y me dicen que no tiene ventanas. Será un zulo, pero es mi zulo. Hasta este año Patrick’s room. Desde hoy, my room.









Nooo, no es mi futura habitación de verdad, es una mera simulación. No lo intentéis en casa.
Posted by la_filologa :: 12:17 p. m. :: 2 Comments:

Postea un comentario o cotillea los de los demás

---------------oOo---------------