Diario de una filóloga arrepentida

sábado, abril 29, 2006

El no-pastel y el no "Jorge Lledó"

Ayer no fue mi mejor día, no nos engañemos. Me levanté demasiado tarde, no hice nada por la mañana y decidí que le pediría a mi madre que me comprase Pharmatón Complex de ese que toma Alba iamsogreat y hace que una se espabile de una vez. Precisamente con ella y con Alba happy, me dirigí por la tarde a la famosa pastelería. Una vez allí, nos inclinamos por pasar del pasteleo y lanzarnos diréctamente a por un helado. Encontramos un banco al solecito donde repasamos, entre risas e interrumpidas por las incesantes llamadas a la solicitadísima Alba happy, los acontecimientos de la Phylology Party y también sucesos varios acaecidos en la facultad esta semana. Allí, saboreando una cucharadita de vainilla y stracciatela, con el sol justo y necesario, decidí que lo de la mañana había sido un pequeño fallo y mi tarde/noche sería maravillosa, partido de baloncesto incluído. MEEEEEEEEEC, ERROR!!!
Cuando Alba iamsogreat estaba casi convencida para acompañarme, se echó atrás sin remedio para evitar conflictos familiares. Y ese fue el principio del fin. Subiendo (a mi casa se llega subiendo vengas desde donde vengas, mi barrio es para gente sana y en forma), en algún momento se me torció un poco el tobillo. El malo. El de los dos esguinces y un ligamento roto. Me senté a cenar y cuando fui a levantarme… como que no.
Así que, lesionada y sin acompañante, dolida física y moralmente, me resigné a quedarme en casa triste, aburrida y sin partido. Que servidora llevaba meses, ¿eh? (exijo que mi amiga Pau lo certifique aquí), meses esperando a que llegara este partido. Por fin volvió por estos lares el ex-jugador del Farho Gijón Baloncesto, luz de mis ojos y amor de mi vida del año pasado, Jorge Lledó. Y yo, en casa, con la pierna en alto. Mi padre, inocente de la vida, me decía: “Pues creo que hoy televisaban al Gijón Baloncesto. Ponlo y ves el partido de todas formas”, mientras yo lo fulminaba con una mirada aterradora y casi-psicópata, ante la incomprensión del pobre hombre.
Ese mismo día se me había acabado el saldo, con el que le podría haber mandado un sms a Pau para que, aunque fuera, le pidiese un autógrafo dedicado, en plan: “Para la filóloga arrepentida, que veía todos los lunes la tertulia de baloncesto de telegijón sólo porque yo tenía tendencia a chupar cámara y salir hasta en la sopa, que se puso triste y llorosa cuando me fui del Farho, que lleva meses esperando este partido y que, en definitiva, me ama con locura. Y si en algún momento de debilidad le ha gustado un poco Antxon Iturbe ha sido simplemente porque se sentía abandonada, él es el capitán y ya se sabe lo de la erótica del poder, pero ha sido sin ninguna mala intención y, por supuesto, sin amor del bueno, del que me tiene a mí. Con cariño, Jorge Lledó.” Pero no fue mi día y, al final, me quedé sin cumplir mi deseo de mirar a las alturas para pedirle una foto y un autógrafo. Ni foto, ni autógrafo, ni verlo, ni nada. Y mi padre, aún sin entender porque me negaba a ver el partido en la tele. AY. ¡¡HOMBRES!!
Posted by la_filologa :: 1:38 p. m. :: 7 Comments:

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