Diario de una filóloga arrepentida
jueves, agosto 31, 2006
Los mundos de Laurita (riéte tú de los de Yuppy)
Siguiendo con mis encuentros en la tercera fase con mis amistades, ayer comencé la ronda de despedidas antes de irme a Dublín de Erasmus. Pau, Maku y yo nos disponíamos a pedir algo mientras Laurita nos metía en una especie de tour virtual sin movernos del centro de Gijón: "Uy, qué guapes van a salir les fotos, si con eses sombrilles detrás, parece que estamos en la China" o "Yo, al sol, a ponerme morena. Como si estuviera en el Caribe, igual, igual".
La conversación pasó por diversas batallitas de nuestros años mozos, esos institutos a los que fuimos, en los que estaba la flor y nata de Gijón, hasta llegar a los respectivos portales de Laurita y Maku. Una fauna insondable los habita: gente que coge felpudos para echarse a dormir en ellos, tíos con cara de psicópata arrinconados a oscuras en una columna del descansillo a las 4 de la madrugada y, el caso más sangrante de todos, un punky con una cresta verde que ni que se hubiese puesto una escoba en la cabeza, durmiendo en el pasillo de casa de Laurita. Ah, para que luego se cachondeasen de que yo vivo en lo más alto de una cuesta: por lo menos, es un buen método para que algunos kinkis (pero de verdad, no cómo yo) se cansen a medio camino y elijan otro lugar de descanso.
Finalmente, para postre y en homenaje a ellas, corto y pego un post que escribí para mi primer blog y con el que tienen mucho que ver.
17Últimamente han proliferado los mails en oda a la nocilla, Oliver y Benji, la abeja Maya y otros hitos de nuestra infancia. Pero no os quiero hablar de eso. No es que a mi no me traigan buenos recuerdos pero, con tanto mail al respecto, acaban siendo un poco ñoños. Yo, hoy, 14 de febrero de 2006, Día Mundial del Corte Inglés, quiero hacerle un homenaje al año que tuvimos 17. Sí, sí. Ese en que por primera vez nos indignamos cuando el portero de la discoteca para mayores de 16 nos pidió el DNI. ¿Cómo podía ser que ese individuo no distinguiese entre un piolín de 15 años, o incluso un recién llegado a los ansiados 16 y toda una mujer de 17 años? ¡17, nada menos! Ese cumpleaños en el que todas las tarjetas hacían referencia a nuestra cercanía a la mayoría de edad. ¡¡Con decirte que eras de los mayores del insti, sin contar a los repetidores!!Por eso, en un año tan importante, hay elementos que son imprescindibles para que una lo saboreé y lo aproveche a tope:1. Toda chica de 17 debe tener su propio CIQPU (siglas de "capullo integral que pasa de una"). Si tú no lo tuviste entonces, amiguita, estás perdida. A los 30, conocerás a tu CI con una edad proporcional... Y tendrás que quedártelo para siempre jamás porque la alopecia empieza a atacarle y ya no pasa de tí. Ni de ninguna. Un CIQPU clásico es el más chulo, ya que es el más guapo de su casa. Sí, lo habéis adivinado. Es hijo único. La intensidad de tu cuelgue es directamente proporcional a las ansias que él sentirá por enrollarse con todas las tías del universo. Con todas, menos contigo. Si alguna chica que actualmente pasa por semejante trance estuviera leyendo ésto, quiero dejarle un consejo que ojalá hubiesemos recibido todas a tiempo. Los artículos de la Ragazza en plan "hazte la dura para que caiga en tus redes" son basura. ¿Estás colada por tu CIQPU? ¿Sí? Pues él lo sabe. Y sus amigos gilipollas, también. Hay bastantes probabilidades de que os liéis. Durará poco. Hazme caso, mejor. Una noche, después de un par de años, te lo encontrarás en un bar. Y te darás cuenta de que está igual que siempre, sólo que tu ahora lo ves fuera de la óptica del enchochamiento. Justo ahí es cuando te das al alcohol para olvidar la vergüenza (propia y ajena.)2. Éste elemento es unisex. Todo 17añero de pro encuentra una nueva afición que ilumina su vida y le sorbe el cerebro: el fútbol, internet, la música, el cultivo de cáñamo, etc. A los demás, si vamos a ser sinceros, no les interesa. Que uno hable de ello continuamente no mejora la situación. Tu madre te aguanta porque te ha parido (pero se plantea llevarte a un psicólogo) y tus amigas, porque tú aguantas sus nuevas aficiones (pero te planteas llevarlas a un psicólogo.)3. Toda chica de 17 se enamora platónicamente de un actor/ cantante/ deportista/ presentador, etc y hace el imbécil en consecuencia. Lo triste es que te consideras una fan adulta. Las que hacen locuras son las más jóvenes. Luego, te das cuenta de que las cosas que te parecían tan normales sólo lo son si lo comparas con una bomba hormonal de 13 años. Con el tiempo, repasas tus hazañas y sientes una doble vergüenza: por un lado, por el hecho en sí (que ya suele ser de traca) y por otro, porque ya no tienes el desequilibrio hormonal como excusa. No hagáis como que vosotras no hicisteis algo así. Tú fuiste a ver Titanic al cine 7 veces. Tú dormiste una noche en la calle para estar en primera fila en un concierto de Bisbal. Y tú, que odias el fútbol, te tragaste un mundial de principio a fin sólo porque jugaba Julen Guerrero. Éstas son sólo una introducción muy light. Si miras dentro de tí, te darás cuenta que has hecho cosas que hacen que se te caiga la cara de vergüenza sólo con acordarte. ¿Sabes? Cosas que si tu mejor amiga le contase a alguien que te conoció ya más mayor y tiene buena opinión de tí, servirían como atenuante en caso de juicio por el asesinato de la susodicha amiga. 4. Toda chica de 17 está segura de tener ya controlado el tema del alcohol. Ahí, confiada, es cuando se coge una merluza de tamaño gigantesco, aprovechando ese día para encontrarse con toooodos los amigos y conocidos. Es tan grande la ocasión, que pasarán los años y los años y todo el mundo seguirá acordándose.5. Toda chica de 17 sufrirá la crisis del agujero negro en la hucha. Un día, al llegar a comer, te encuentras a tu madre con tu hucha encima de la mesa y los brazos en jarras. Perdón, no me he explicado. Tu hucha con telarañas por dentro debido a llevar meses deshabitada encima de la mesa y los brazos en jarras. Entonces llega una batería de preguntas sobre las causas de tu situación financiera y a dónde ha ido a parar el dinero de la paga de los abuelos. No pretendas explicarle a tu progenitora lo caros que son tus intentos cosmético-estilísticos para atraer al CIQPDU, el dinero que traga tu afición, lo poco económico de las entradas de conciertos y sobre todo, sobre todo, nada de hacer referencia a la porción de pasta que se lleva tu ruta alcoholica del fin de semana. No hay que ceder a las provocaciones por su parte. Todo lo que digas podrá ser y será utilizado en tu contra. Tarde o temprano, soltarás la frase estrella en estos casos: "Es que... no me dí cuenta" y ella te dirá su frase lapidaria, haciendo daño donde sabe que duele: "Si es que tienes casi 18 y estás peor que cuando tenías 4 años."En fin, que ese año en que tuvimos 17 es memorable y no por cosas para enorgullecerse. La parte buena es que recuerdas los CIQPDU de tus amigas, sus aficiones absurdas, sus amores platónicos y sus borracheras memorables y los tuyos propios, así que de vez en cuando os lo pasais bomba riéndoos de vosotras mismas por separado, o en grupo. Fue ese año en que estabamos entre la adolescencia y toda una adultez. Justo al borde de la universidad unos y el trabajo por primera vez, otros. Cuando , como mucho, tardabas en ver a tus colegas lo que tardaba en llegar fin de semana. Ahora algunos se han ido a trabajar o estudiar a otro lado, otras se han echado novio o salen con otro grupo de gente y algunos, hasta se han enfadado entre sí. Pero en el fondo, cuando sólo han pasado unos pocos años, te das cuenta de que por lejos que estén, siempre vas a tener un sitio en el corazón para los que te acompañaron en el camino durante ese año tan especial. Y es que es muy dificil no recordar siempre a alguien con quien has hecho taaaaanto el ridículo.PD: Para Saray, Inés, Lily, Lety, Ro, Pau, Laurita, Maku, Noe (que llegó a los últimos coletazos de los 17, pero aún a tiempo) y todos los demás, que saben quien son.
Posted by la_filologa ::
9:40 p. m. ::
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