Diario de una filóloga arrepentida

sábado, diciembre 09, 2006

Y yo con estos pelos...

Conclusión de la noche del viernes/mañana del sábado: cenar dos cafés negros y un Pharmatón Complex NO es una táctica válida. No sé, cuando lo hice me pareció una buena idea. Sí, al menos terminé el trabajo de literatura anglo-irlandesa largamente estancado, pero que a la mañana siguiente al levantarte te fijes en que te tiemblan las manos y no es de frío es ligeramente preocupante. En fin, lo de siempre, no te acostarás sin saber una cosa más. Como en Irlanda no hay tila, estoy intentando contrarrestar los efectos con manzanilla (ojo, no os preocupéis, ya ni tiemblo ni nada, sólo sigo poquitíiiiiiiiin nerviosa).

A estas alturas debería estar empezando el ensayo sobre los irlandeses en Inglaterra, pero tengo eventos que contar. Esta tarde, tras reunión con los de mi grupo de Habilidades para la Negociación, me fui al centro para comprar de una vez los recuerdos para la family y los amigos. Supongo que imaginaréis el maravilloso aspecto que tenía tras la noche anterior, especialmente teniendo en cuenta que creo que ni me miré al espejo antes de marcharme de casa, ni siquiera mientras me lavaba los dientes. La única vez en mi vida que bajo al centro en esas circunstancias y justo tras sentarme en el autobús veo que sube... Ballack. Diosmío, Diosmío, Diosmío, ¿por qué me haces ésto? ¿A qué se debe esta crueldad, esta falta de tacto, qué hice yo en otra vida para merecerlo? Se sienta al otro lado del pasillo unas dos filas de asientos más adelante y yo respiro aliviada porque no me haya visto. El trayecto autobusero me da para reflexionar sobre diferentes cuestiones mientras observo su imagen reflejada en mi ventanilla:

- ¿Qué quería decir la profe cuando dijo que procuraría ponernos ésta prueba de evaluación en grupos con gente con la que no hubiesemos estado en la anterior? ¡Eh! Que yo estoy con los mismos. Un respeto, señora mía, y un poco de colaboración, que los alemanes sólo están aquí durante el primer semestre y se está terminando. Que si no pone un poco de su parte para situarnos estratégicamente en el mismo grupo, a ver cómo consigo que este hombre se de cuenta de que soy la mujer de su vida, me ama, me adora y venga en su caballo blanco a buscarme a la puerta de mi pocilga... digo casa irlandesa y nos casemos y tengamos 7 hijos (bueno, igual alguno menos) y seamos felices y comamos perdices.

- Para más inri, el otro día la amiga malagueña eza que todoz zabemoz, sacó su portátil antes de clase de alemán para ver el mail con el cambio de aula y cual es mi sorpresa cuando veo, oh, destino cruel, que en la asignatura que coincide con Ballack, les ha tocado juntos para la presentación. Mierdamierdamierdamierdajoder. Eso es un castigo divino por meterme con ella y ponerlo en el diario incitándoos a vosotros también a hacer lo mismo.

- "¿Por qué eres tan desastre? Luego te auto-llamas Filologuicienta, pero saliendo a la calle con ese aspecto de indigente, cómo va a venir el príncipe azul alemán. Es que te ve y lo asustas, cojones. Porfavorporfavorporfavor, que no me vea."

- "Ojalá tuviese la capacidad de Vaca para mimetizarme con el asiento y volverme cuasi-invisible a base de ponerme en postura bicho de bola, aka cochinilla. ¿Estoy deseando ser como Vaca? ¡¡AH!! Si. No. Lo que sea, pero porfavorporfavorporfavor, que no me vea."

- "¿Cómo puede a un ser humano quedarle tan sumamente bien un plumas que parezca hasta elegante?".

- "Mmm, igual si me hago una coleta mejoro un poco las pintas..." (me hago la coleta y observo el resultado) "porfavorporfavorporfavor, que no me vea."

- "Ah, tiene unas patillas taaaan perfectas, taaaan simétricas... Y yo...yo... Porfavorporfavorporfavor, que no me vea"

- "Ehhh, si por casualidades de la vida y de las alucinaciones causadas por el cóctel café+pharmatón lo estoy confundiendo con otro, estoy jodida, porque asumo que es él y nos bajamos en la misma parada y por lo tanto no miro por dónde va el autobús para estar pendiente de cuándo bajar. O es el único e inimitable Ballackdemiclasemásbuenoqueelpan o voy a acabar perdida en la última parada del bus, desde la cual no sé volver a casa."

- "No, no. Es él. Nadie puede tener unas patillas tan perfectas. Y yo con estos pelos, joderjoderjoder."

- "Eeeeeh, ¿he dicho nos bajamos en la misma parada? Oh, voy a tener que saludarlo al bajar si no quiero quedar como una antipática de mierrrrrrda. Y más me vale ser capaz de medio-articular en inglés sin parecer encima palurda del todo. Al menos, tengo a mano el bolso-oveja de peluche irlandesa que le he comprado a mi prima N. Mmm, no sé, es algo simpático que comentar, supongo que le haría gracia. Quizás hasta esté bien hablar de camino a casa y... noooooo, noooo. Que tú sabes muy bien que ese diálogo sólo podría ser contraproducente. Que no sólo estás segura de que él con 10 años hablaba inglés mejor que tú ahora y parecerás medio tonta cada vez que abras la boca, además no hay oveja, por simpática que sea, que contrarreste el efecto de verte con esas pintas de yonky que me traes hoy, que lo vas a acojonar. Oh, que caiga un meteorito entre su asiento y el mío a medio trayecto, pero porfavorporfavorporfavor, que no me vea."


- "Aaaah, la parada, la parada, la parada."

Se levanta, yo rezo todo lo que sé para que ocurra lo menos malo y para cuando me vea, estemos ya abajo y no en medio del autobús, con esa luz fosforescente que taaan poco bien me haría ahora. Agradezco que en Irlanda sea de noche a las 5 de la tarde. Se mete gente para bajar entre él y yo y mientras intento poner la mejor cara posible (es un decir), veo que cruza corriendo para ir a comprar algo al super 24 horas de enfrente. Que Dios bendiga al que inventó ese tipo de tiendas y a quien decidió poner una justo ahí. Respirando más tranquila, me voy a casa.
Posted by la_filologa :: 8:35 p. m. :: 9 Comments:

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